jueves, 18 de septiembre de 2014

El verdadero rostro de Duguin

Documento sin título
“Ay de los débiles si ellos sólo confían, para subsistir, en la benevolencia escrita de los fuertes” – Luis Alberto de Herrera; El Uruguay Internacional


Al correr de estos días, han anunciado con bombos y platillos varios sectores del “nacionalismo” argentino la llegada del intelectual y geopolítico Aleksandr Duguin, llamado por algunos quienes dicen ser nacionalistas “el Profeta de Eurasia”, otros, con mayor acierto, lo vinculan dentro de la matriz ideológica que sigue el actual presidente Vladimir Putin de la Federación Rusa.

Sus ideales, que encantan a los odios de tantos “patriotas”, son como la melodía del flautista de Hamelín, aquel personaje de la leyenda germana que al pretender solucionar los problemas del pueblo con los sonidos de su flauta, terminó arrastrando a los niños de aquel pueblo a una cueva, de la cual jamás volverían, generando la ruina para el futuro del pueblo.


Este artículo se propone hacer una revisión de lo que Duguin propone marcando las falencias de dichos sistema de pensamiento, no es mi intención polemizar ni dejar en evidencia en este escrito, sobre su  pasado político, las implicancias que Duguin tuvo con la KGB o su reciente posteo a favor de la creación de un Estado mapuche. Es mi intención resumir lo que Duguin propone en el ámbito de su doctrina para dejar en evidencia que es tan solo una mascarada, un cuento que han comprado nuestros queridos “patriotas” de toda la vida.

Es evidente este encantamiento; Duguin propone una unidad tradicional, anti-moderna, y por ende, anti-occidental.

Pero: ¿Qué significa ser “anti-occidental” o mejor dicho, “anti-moderno”?

Definamos Occidente en base a  sus pilares:

1) Si el ideal occidental cree en la Democracia Liberal, Duguin propondrá una “Cuarta Teoría Política” que supere a esta, como a los ideales que precedieron al liberalismo democrático (el marxismo y el fascismo).

2) Si Occidente y la Modernidad se basa en el concepto de Estado-Nación, al mejor estilo del emergido de la Revolución Francesa, que diluye todos los particularismos de cada territorio, con su propia cultura, en post de la concreción de una sola Nación, (en el caso de Francia fue la disolución de los 8 reinos franceses con sus diferentes dialectos y cultura propia que convertían al Estado Absoluto francés en una Unidad en la diversidad -a pesar de lo que suponía el absolutismo en sí -, como eran el occitano o el bretón, en post de la concreción de un solo Estado, donde todos hablaran un solo francés estandarizado, una sola economía y moneda, una sola idea política) Duguin propondría en contra de esta idea, el Eurasianismo, una unidad política continental que vaya “desde Dublin hasta Vladivostok”, una unidad que si llegara a su concreción como un Super-Estado continental, esta unidad no supondría el avasallamiento de una cultura por otra, no la imposición de la cultura de un pueblo (como podría ser el ruso con el chino o viceversa) hacia otro pueblo en aras de que imponer una sola cosmovisión, cultura y costumbres sociales, sino que esta Unidad tiene que ser basada en el respeto de las diversidades culturales, una Unidad en base a un “pluriverso”, como ha mencionado.

3) Otro pilar en que se basa Occidente, no menor a los anteriores enunciados, es el Capitalismo, Duguin en este sentido y esta área que atañe a la economía (pero que como se sabe, va vinculada a la moral y lo religioso) no parece realizar demasiados aportes.

La “Idea Matriz” de cada civilización 

Si bien muchos pueden estar de acuerdo con lo que Duguin a simple vista expone, hablar de esto supone mirar “el árbol pero no el bosque”, Occidente es una civilización, como lo fue la Civilización Antigua y muchas otras; una civilización; además de basarse en determinados “pilares”, como las ideas fundamentales de la Civilización Occidental, esbozadas más arriba, tienen que tener un ideal rector, un fundamento que sea la base de estos pilares; una Verdad.

En el caso de la Heleade Griega, esta Verdad fue el Logos, basado en el dialogo, la palabra, no todos podían alcanzar esta Verdad, pues estaban los barbaros, cuyo origen etimológico es “quienes balbucean (la palabra)”, estos, para los griegos tenían opinión (doxa), pero carecían de Logos, de palabra.

En el Imperio Romano, la Verdad, sería entendida como la Ley; aquellos que vivieran bajo la legislación romana, eran ciudadanos romanos, y quienes no vivieran bajo la ley, tenían que ser sometidos bajo el sistema romano.

Con el paso del tiempo, aquello que en su comienzo era el Logos, la palabra, se transformaría en el Verbo, en Cristo, y los barbaros (“quienes balbuceaban” la palabra) serían ahora; paganos, o como nombraban los Padres de la Iglesia a los paganos; gentiles.

En el caso de Occidente, el “Logos” occidental; fue la Razón, aquella a quienes los jacobinos, luego de la Revolución Francesa convirtieron en “diosa” (la divina razón)  y el racionalismo, que socaba lo sacro y que pretende entender todo lo espiritual, como a Dios, su esencia, su obrar y su naturaleza, a partir de la razón humana, siendo esta ininteligible para nuestra razón, porque Dios es infinitamente inteligente y nuestra inteligencia (como nuestra razón), es limitada.

Es que, eso significa la concreción de una Civilización; una dialéctica; en el caso de los reinos e imperios Cristianos, cristianos versus paganos, en el caso de la Heleade, ciudadanos griegos versus barbaros.

Una dialéctica; relación entre dos contrapuestos, que no siempre supone aniquilamiento o destrucción del otro, una dialéctica que no siempre sirve para justificar invasiones y guerras, en el caso del Cristianismo, nunca existió en los principios cristianos, la idea de imponer lo que el cristiano consideraba verdadero a otro individuo que no era cristiano, por más que este principio haya sido contravenido  a la luz de los hechos y de la historia, con instituciones como la Inquisición o las Cruzadas; que se pretendió imponer el cristianismo a aquellos que no eran considerados cristianos.


Occidente y su dialéctica

En el caso de la Civilización Occidental, la Razón, o el racionalismo, serviría para justificar todo tipo de acometidas imperialistas, el enemigo ya no sería el bárbaro, sino; el salvaje.

Hegel dirá que Europa y sus pueblos son los únicos que pueden hacer historia, porque tienen un pasado legado, pero también futuro y porvenir. El resto del mundo, para él, no hace historia, carece de ella, algunos (los pueblos de Asia) porque están atrapados en el pasado (“Dejen tranquilo a Oriente, es el gigante que dormirá eternamente”, dirá), pero también los pueblos del África para el carecen de posibilidades de hacer Historia, sobre estos dirá:

“...en África —dice Hegel— encontramos eso que se ha llamado estado de inocencia, de unidad del hom­bre con Dios y la naturaleza. Es este el estado de la incons­ciencia de sí. Pero el espíritu no debe permanecer en tal punto, en este estado primero. Este estado natural primero es el estado animal. El paraíso es el jardín en donde vivía cuando se hallaba en el estado animal y era inocente, cosa que el hombre no debe ser.”[1]

Al leer las consideraciones de Hegel sobre África, se supone que piensa sobre el africano lo mismo que sobre el nativo americano, de ahí surge el término “aborigen”; alguien que vive “en los orígenes” de la Historia, de ahí la mención de Hegel sobre el contacto con Dios y la naturaleza de los africanos, haciendo clara alusión a Adán y Eva.

Para Hegel, serían los europeos los únicos pueblos con carácter de hacer historia, esto es; de decidir sobre las grandes cuestiones del mundo, para él solo hay pueblos que se dedican a hacer historia y otros a aceptar las consecuencias de este hacer.

Si se ve este razonamiento mediante la historia, parece verdadero; la invasión napoleónica sobre España, y el hacer (lucha entre Francia y España, naciones europeas) de este hecho, trajo como consecuencia la emancipación hispanoamericana.

Lo mismo que la finalización de la Segunda Guerra Mundial (lucha entre naciones centrales) trajo como consecuencia para el mundo periférico y no-occidental, el fenómeno de la descolonización.

Para Hegel, Europa hace historia y la seguirá haciendo solo ella porque: “En el aspecto de la historia tene­mos que habérnoslas con lo que ha sido (el pasado) y con lo que es (el presente). En la filosofía, empero, con aquello que no solo ha sido y no solo será, sino que es y es eterno: la razón”.[2]

El occidental utilizaría a la razón como pretexto de su expansión imperialista por todo el resto del mundo no-occidental (los salvajes). No será el interés de las variadas naciones europeas que habían aceptado la idea de esta nueva Cruzada en nombre de la razón, que las naciones que ellos sometían y conquistaban disfruten junto a ellos, los frutos de la mismísima razón y modernidad, el verdadero interés será el económico, el extractivo, el de explotar a los pueblos domeñados.

La “razón”, tendrá sus inconvenientes como excusa para justificar las guerras de rapiña sobre las naciones que eran conquistadas y empobrecidas gracias a al afán de hacer negocios de forma inescrupulosa y la voracidad de la incipiente burguesía europea, ya que, según Kant, todos los humanos tenemos razón; esto es, raciocinio, no se puede reducir a un africano o a un indio americano al título de animal, salvaje, o ser “carente de humanidad”, como pretendió Montesquieu en su El Espíritu de las Leyes, al considerar que: “Es imposible suponer que tales seres sean hombres”.

Al no poderle servir al occidental el pretexto de “la razón”, porque igualaba a todos los hombres, resultaron inconvenientes para el colonialista otro tipo de Logos que, si bien no eran parte esencial de su vida, servían de igual manera para justificar sus intervenciones imperialistas:

“en África del Sur, en la cual los descendientes de los boers luchan porque la cultura occiden­tal no llegue a los indígenas (…). Allí, como en otros lugares, la occidentalización de los indígenas del África del Sur es vista como un peligro, aunque parezca paradójico, para la cultura occidental. Mejor dicho, para los hombres que han hecho de la misma la base de la justificación de su superioridad. Por ello, tratando de evitar la occidentalización de los indígenas se promulgó, en Sudáfrica, una ley sobre educación, de acuer­do con la cual el control de la educación de los negros en el África del Sur quedaba en manos del Departamento de asun­tos indígenas ¿Con qué intención? Simple y puramente, para evitar que las escuelas para indígenas siguiesen bajo los aus­picios y el espíritu de los misioneros cristianos. Porque estas escuelas habían estado inculcando a los indígenas el espíritu cristiano que habla de la igualdad de todos los hombres, por encima de las diferencias raciales o económicas. Espíritu, dice Peter Abrahams, que habla de «la unidad de todos los hombres y todas las razas».”[3]

Desechada la razón, y el cristianismo como justificación imperialista, tendría al correr del tiempo, ensayarse un nuevo pretexto: el racismo, pues, nacer con determinada raza no es algo que uno pueda escoger, sino que es innato, pero al haber diferentes razas, surgirían teóricos del racismo que escriban sobre “razas superiores” e “inferiores” o en el caso de Gobeinau, “razas aptas” para determinadas tareas y otras razas menos aptas para las mismas tareas.

Vemos aquí que “la razón”, “evangelización” (en el caso protestante, holandés e inglés), el “racismo”, “la libertad y la democracia” (como se habló en la Guerra del Golfo Pérsico), son un falso Logos; una falsa verdad, una simple justificación, la verdadera idea rectora de Occidente es la misma de siempre; el interés económico.

Las falencias de la Eurasia duguiniana

¿Cuál es entonces, la idea matriz o el Logos que propone Duguin? Sobre el tema que nos trae; en que Logos o “idea matriz” o “base” se fundan el súper-estado continental euroasiático que propone Duguin. Sabemos por el breve esbozo que realice antes, que no pueden ser un Logos basado en la Razón, o en la raza, o en la democracia, como el que impone la Modernidad, ya que Duguin propone algo anti-moderno y por ende anti-occidental.

Duguin hace hincapié en este sentido, en la Tradición basada en lo religioso, ¿acaso están llamados el conjunto de pueblos euroasiáticos, tan diversos en creencias religiosas a creer en el Verbo, o sea, en Cristo?

Cualquier Estado o civilización, tiene que basarse en una solo Logos, en el caso de Occidente, este fue evolucionando con pocas variantes, (de la razón hasta los pretextos “democráticos” de nuestros días), el pluriverso Euroasiático regido bajo las ideas de Duguin, suponen una diversidad de ideas religiosas, desde el Islam, el cristianismo hasta los diversos ideales espirituales del oriente asiático. En esto existe una indefinición por parte de Duguin, porque parece que no existe una clara idea de lo sacro que logre amalgamar a la diversidad de pueblos que compone el continente Euroasiático.

¿Cómo unir la Idea imperial del cristianismo ortodoxo que supone que el Imperio proteja (pero que no imponga) la fe ortodoxa con el ideal teocrático (donde se aplica e impone la Ley islámica) de naciones tan euroasiáticas como Irán?

Aquí es cuando la “doctrina duguin” comienza a hacer agua, el pluriverso Euroasiático regido bajo las ideas de Duguin, no aparece unido bajo ningún Logos, ni ninguna Verdad que aparente ser positiva o bien intencionada, la unidad de Duguin se basa en negaciones y no proposiciones, en este caso; la negación a occidente y a la modernidad. Es una unidad basada en el odio y no en un elemento positivo y constructor.

Duguin, citando a sus filósofos de cabecera como René Guenon y Julius Evola, podrá expresar que los islamistas y cristianos defienden una idea de Tradición muy similar, que son “Tradiciones Primordiales”, idea de René Guenon que si bien en partes de su desarrollo resulta cierta (muchos otros credos religiosos en diversas partes del mundo expresan en sus libros relatos similares al del diluvio y el arca de Noé) llega a concluir que uno puede vivir de forma tradicional bajo cualquier religión. Dando paso a Duguin y sus pretensiones ecuménicas de unidad entre diversos credos, siendo incapaz (como exprese) de buscar una sola idea capas de cohesionar al concierto de pueblos euroasiáticos.

La incapacidad de Duguin de construir una mascarada como si pudieron construirla los Occidentales utilizando “La razón” o “la raza”, deja en evidencia que los intereses de Rusia, no dejan de ser los mismos que los que siempre fueron de Occidente; el espíritu de expansión económica, la capacidad de colocar inversiones en Iberoamérica o África para proveerles a los rusos de mano de obra barata.

Si las pretensiones de Rusia son tan altruistas y económicamente desinteresadas, ¿Por qué invadir tan solo Crimea y no apoderarse de vastas zonas de Ucrania cuyas poblaciones, en su mayoría, son de tendencia filorusa?, Crimea en si tiene una importancia geopolítica en cuanto al control del Mar Negro que bajo su anexión se transforma en la salida que tiene Rusia más cercana al mediterráneo, no se atrevió luego a anexar nuevas zonas de Ucrania, queda tan en evidencia el verdadero rostro economicista de la Rusia de Putin, que, tras anunciar a principios de mayo que no reconocería las elecciones presidenciales a celebrarse en Ucrania el 25 de mayo, días después, el 4 de mayo, sale a relucir información exacta de las cuentas bancarias de Putin y su círculo íntimo de la mano de un asistente de la Secretaria del Tesoro de los Estados Unidos en el área de terrorismo financiero[4], días después, el 7 de mayo, Putin anuncia después del encuentro con el presidente de Suiza que las elecciones ucranianas del 25 de mayo serán “un paso en la buena dirección”[5] y anuncia un retiro de tropas de Ucrania.

La Rusia actual; tan occidental como Francia o Inglaterra

Cuando Duguin habla sobre la unidad del “verdadero islam tradicional y tolerante” con los “ortodoxos rusos” por ejemplo. Pero ¿Qué tan tradicional es Rusia?, Don Duguin parece referirse en sus escritos como si Rusia fuera un reservorio de la tradición cristiana, una nación que no sucumbió a la modernidad y los ideales occidentales, estos datos citados por el escritor ortodoxo Vladmir Moss de un informe de las Naciones Unidas citado por Vladimir Ruscher son mas que elocuentes.

1er país en el ranking de suicidios entre adultos, niños y adolecentes
1er país en el ranking mundial de niños nacidos en un ambiente monoparental
1er país en el ranking mundial donde los niños son abandonados por los padres
1er país en el ranking mundial de consumo de alcohol y bebidas energizantes
1er país en el ranking mundial de consumo de tabaco
1er país en el ranking mundial de muertes por consumo de alcohol y tabaco
1er país en el ranking mundial de muertes por enfermedades cardiovasculares
1er país en el ranking mundial en ventas de medicamentos falsificados

1er país en el ranking mundial de consumo de heroína.[6]

Aquí está la “Rusia tradicional” de Putin, me pregunto cómo Mister Duguin intentara la pretendida unidad entre “musulmanes y rusos ortodoxos” siendo estos últimos tan solo el 2% de la población de la Federación Rusa.[7]

La Verdad y la Razón de ser del pueblo ruso, es la misma razón de ser que la de cualquier nación europea, como España o Inglaterra; es seguir la doctrina del libre mercado y creer en la infalibilidad y las amplias bondades del capitalismo.

Conclusiones

Aquí están al descubierto las verdaderas intenciones de Putin y Duguin, y de quienes creen ilusamente cobijarse bajo el ala de los nuevos imperialismos que emergen al margen de la unipolaridad norteamericana, comiendo ilusamente la propaganda neosoviética de Putin que vende cuentos de colorines sobre la supuesta “tradicionalidad rusa” y creyendo en que la América Hispana algún día se levantara bajo la figura de un caudillo de ribetes mesiánicos que restituya la hispanidad como Putin supuestamente ha hecho en Rusia con la ortodoxia. Siendo el verdadero motivo el de Duguin, Putin y Rusia, el de reducirnos bajo condiciones quizás más alevosas a la cual hoy nos encontramos sometidos, los “nacionalistas” pensando haber encontrado en los rusos a “amigos” benevolentes, terminaran por abrirle las puertas a individuos cuyo interés verdadero no reside en cambiar nuestra ecuación de nación periférica, empobrecida, que como siempre, está en la historia, pero no decide en la historia ni hace historia, como si la hace Estados Unidos, China o Europa. Serán ellos como lo fueron a otrora los ingleses, amos que, bajo mascaradas y aparentes intenciones altruistas, buscaran imponernos nuevas condiciones tan alevosas y humillantes como las anteriores.

Y nuestros “nacionalistas”, como siempre, en búsqueda del mesías y de  soluciones de arriba, incapaces de plantear una solución propia.



[1]  Filosofía de la Historia Universal;  Wilhelm Friedrich Hegel, pág. 283, Ed. Tecnos
[2]   Filosofía de la Historia Universal;  Wilhelm Friedrich Hegel, pág. 275, Ed. Tecnos
[3] América en la Historia, Leopoldo Zea. Págs. 96 – 97, Editorial Revista de Occidente
[4] El Punto débil de Mr. Putin por Andrey Piontkovskiy (http://conucrania.com/2014/06/21/el-punto-debil-de-mr-putin/)
[5] Putin considera por primera vez las elecciones del 25 de mayo como "un paso en la buena dirección" de Europaress.es (http://www.europapress.es/internacional/noticia-putin-considera-primera-vez-elecciones-25-mayo-paso-buena-direccion-20140507200431.html)
[6] Traducido de “Russia, Putin and christian values” de Vladimir Moss (http://www.orthodoxchristianbooks.com/articles/535/russia,-putin-christian-values/)
[7] Se entiende como “rusos ortodoxos” tradicionales, no a quienes se bautizaron en la Iglesia sin pisarla nunca más, sino a aquellos cristianos que concurren de forma periódica a la Iglesia, representando estos en Rusia tan solo el 2% de la población total. Véase: (https://en.wikipedia.org/wiki/Religion_in_Russia) less than 10% of them attend church services more than once a month and only 2-4% are considered to be integrated into church life (воцерковленные)

1 comentario:

  1. No soy un estudioso ni he leido la obra de Dugin . Pero con solo ver la gente que le apoya en Europa , me basta para decir que es un fascista imperialista ruso que ademas esta blanqueando el fascismo para los neofascistas europeos. Esos que antes eran neonazis. Toda la plana mayor del neofascismo europeo le tienen como referencia .

    El Frente Nacional, Amanecer Dorado, el Jobbik , los neofascistas españoles del MSR y asi hasta el infinito. Basicamente toda la ultraderecha y el neofascismo europeo apoya a Putin y tiene como referente a Dugin. De hecho fueron ellos los únicos junto con la extrema izquierda los que votaron contra el acuerdo de Ucrania con la Union Europea aprobado hace unos dias .

    Por poner el tema en contexto desde Europa ;) . Porque es bastante preocupante en la situacion actual en Europa con Putin desatado y la crisis de la UE . Desde Latinoamerica el antiamericanismo es muy sencillo y muy rentable para los politicos , pero en Europa darle cancha a Putin puede ser mortal , se esta fomentando el antieuropeismo y la destrucción de la UE y ahi esta colaborando parte de la izquierda y parte de la derecha , sus extremos . Antes de la UE en Europa solo habia dolor ( guerra) , lo de ahora en algunos países es en comparación, suave.

    En España ahora tenemos el momento de la llegada del populismo latinoamericano de la mano de Podemos, ahora estan por Sudamerica visitando a sus referentes politicos. La combinacion de este populismo de izquierda antiyanki y antisistema con la extrema derecha nacionalista (cuando no neofascista) bajo la mira de Putin es muy preocupante.

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